-
Arquitectos: Álvaro Hernández Félix Studio
- Área: 420 m²
- Año: 2021
-
Fotografías:Onnis Luque
-
Proveedores: Artemide, FLOS, Herman Miller, AutoCAD, Revit
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Un gran lambrín de madera con diseño en estrías y un veteado piso de mármol travertino, un estilo muy del México de mediados de los 60, son el marco para las ventanas arqueadas de vidrio acanalado, que bañan el espacio de luz natural.
El sitio, un penthouse de 420 m2 sobre avenida Masaryk, en Polanco. La principal avenida del barrio mas costoso de la Ciudad de México, y famoso por ser el centro de la vanguardia citadina.
El vestíbulo, cuyo ambiente de toques retro se percibe en el espacio, es el preámbulode este contraste espacial. Muros metálicos de tono dorado complementan la escena, donde el escritorio de mármol travertino, es enmarcado por algo de vegetación y coronado por tres lámparas esféricas, que nos transportan al pasado, pero dejando la conciencia en el presente.
De un lado, dos puertas que asemejan una bóveda bancaria, resguardan la oficina principal y la sala de juntas, ambas de oscuros muros de madera en estrías que contrastan con la nitidez de la veta del mármol travertino en piso y una terraza llena de vegetación que sirve como filtro contra el dinamismo de la avenida en la que este edificio se encuentra.
Del otro lado, una puerta de vidrio acanalado, nos abre al área de trabajo principal, con una mesa central de mármol carrara, donde el trabajo se dedica al análisis del mercado valores, es por eso que el plafón está diseñado para soportar una estructura de seis pantallas dispuestas para transmitir la información financiera en tiempo real.
Tres columnas estructurales rodean la sala, coronadas por aros iluminados, que dan la sensación de estar flotando en el aire. Aquí los arcos dorados acentúan en un tono equilibrado y conceptual, la relación del valor de los metales, con la vocación de las oficinas mismas.
Detrás de estos arcos, a un lado de ésta sala, se encuentran tres oficinas para analistas privados, cada una con un escritorio con cubierta de mármol carrara y base de herrería laqueada en verde, que se iluminan por una barra de latón que flota sobre ellos; esto se aprecia a través de las ventanas de vidrio acanalado, que da privacidad, pero deja que la luz haga su trabajo y dispare reflejos por todo el espacio.
Del otro lado del salón, dos salas de juntas con grandes mesas equipadas para trabajar en sitio y a distancia, están divididas por unas puertas de plegables, éstas tienen la capacidad de conectarse para formar una gran sala de trabajo. Al fondo, se encuentra el comedor, con la misma capacidad de una sala de juntas; la cocina y los servicios, son más discretos aunque comparten detalles con el resto de los espacios, como los muros de esquinas boleadas y alto zoclos de madera. El proyecto recrea una estética de auge económico, la época del resurgimiento el mercado bursátil en México.
A través del diseño de mobiliario, se logró definir por completo el espacio, así que todas las mesas y escritorios fueron diseñadas a la medida solucionando las necesidades requeridas, por el cliente. La iluminación logra un ambiente cálido y acogedor, la luz es ambiental y muy puntual donde se necesita, creando contrastes y sombras, gracias a la selección material y el efecto visual que se logra con las diferentes texturas.
Una propuesta que re imagina los objetos, materiales y detalles formales con los que crecimos. Lámparas, sillas o mesas y cierto mobiliario que sólo era posible ver, visitando a nuestros padres o abuelos en modernas oficinas o en algunos bancos o edificios oficiales de la época. Mármol, madera y metal son los elementos principales de esta propuesta y la luz el catalizador, la que abriga y da a cada forma y objeto su materialidad, dejándolos integrarse a la contemporaneidad del diseño en un eclecticismo de esencia atemporal